El terror y las amenazas vuelven a El Salado 21 años después de la masacre

Campesinos-El-Salado-EFE

Foto: EFE

A menos de un mes de que se conmemore el vigésimo primer aniversario de la masacre de El Salado perpetrada en el año 2000, cuando más de 60 campesinos fueron asesinados, Yirley Velasco y diez miembros de esta comunidad del departamento de Bolívar (norte) vuelven a ser amenazados de muerte.

Desde hace tres años Velasco, joven lideresa social y su familia conviven con frecuentes amenazas que atribuye a su trabajo de acompañamiento a mujeres víctimas de violencia sexual e intrafamiliar que desarrolla desde la Asociación Mujeres Sembrando Vida.

“De los 200 casos (de violencia sexual) que hemos atendido desde 2004 cuando arrancamos con la asociación hay unos bastante fuertes, entonces yo relaciono el tema de las amenazas a mi trabajo con las mujeres porque hay mucha gente que no quiere que se hable”.

Asegura en una entrevista

“A mí sí que me lo han dejado claro: ‘no tienes por qué acompañar a nadie, no seas sapa'”, recuerda sin que se le quiebre la voz.

En los años anteriores las amenazas habían sido solo contra ella y su familia pero en esta última han sido mayores, a más gente y, sobre todo, contundentes: “Sentencia de muerte”, comienza el panfleto enviado este fin de semana por una organización paramilitar autodenominada “Águilas Negras” en la que aseguran que van a “limpiar la comunidad de esta plaga de gente”.

Ahí “ya incluyeron a otras personas que han sido líderes sociales y otros que solo son miembros de la comunidad”; esto sumado a que en el panfleto “pusieron nuestras caras, tiene a la gente aterrorizada”, asevera.

Estas nuevas amenazas traen a la memoria las que precedieron la masacre del 2000 cuando unos 450 paramilitares del bloque héroes de los Montes de María de las AUC, llegaron hasta el pueblo y en la cancha de fútbol asesinaron a los campesinos ante la mirada inerme de todos sus vecinos.

El Salado fue la última y más sanguinaria parada de un recorrido de muerte que comenzó el 15 de febrero de ese 2000; aquel día los paramilitares instalaron un retén cercano al pueblo en el que asesinaron a cinco personas, luego en los dos días siguientes recorrieron los poblados de Flor del Monte, San Rafael, Canutal y Canutalito donde dejaron una estela de muerte de 42 personas más.

A El Salado llegaron el 18 y entre ese día y el 22 masacraron a más de 60 campesinos bajo la justificación de que todos eran guerrilleros o auxiliadores de la ahora desmovilizada guerrilla de las FARC.

La sevicia incluyó torturas, degüellos, decapitaciones, empalamientos y violaciones a mujeres, hombres y niños.

Velasco no olvida que mientras masacraban a su pueblo, a ella, que entonces tenía solo 14 años, varios paramilitares la violaban en repetidas ocasiones.

Con preocupación afirma que una de las amenazas virtuales que recibieron decía que hace 21 años todo había comenzado también con “panfletos, y claro ya conocemos el resultado”.

La lideresa asegura que varias personas del pueblo han comentado que unos 15 días atrás vieron un grupo de siete u ocho hombres armados con armas largas y vestidos de negro que cruzaron por El Salado.

A principios del año pasado la Defensoría del Pueblo volvió a advertir en una alerta temprana sobre la “presencia del grupo armado pos desmovilización, Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC)”, los mismos paramilitares que ya figuraban en otra alerta temprana del 2018, en la que se anotaba que “este grupo consolidó su presencia en el municipio del Carmen de Bolívar desde el año 2015”.

Tras los hechos de esta semana, la Defensoría envió una delegación a El Salado y pidió a la Fiscalía que tome “medidas urgentes” para “la protección de la vida, la integridad, la seguridad y la libertad de la comunidad de El Salado” y para encontrar a los autores de las amenazas. Efe