Los investigadores del Cuerpo Técnico de Investigaciones, CTI, de la Fiscalía General de la Nación capturaron al expolicía Wilmer Antonio Alarcón Vargas en el Departamento del Casanare.
El hombre capturado este domingo fue condenado a 37 años de prisión por el homicidio del grafitero Diego Felipe Becerra, en agosto de 2011 en Bogotá.
Los hechos ocurrieron pasadas las 9 de la noche el 19 de agosto de 2011 en el sector de Pontevedra, cerca al puente de la calle 116 con avenida Boyacá, al norte de la capital del país, en donde un grupo de policías perseguía a unos ladrones de acuerdo con la denuncia hecha por unas personas víctimas de hurto en el sector.
Al mismo tiempo, “unos grafiteros, quienes pintaban una pared en ese lugar, corrieron porque creyeron que los uniformados, como era costumbre, les quitaban las pinturas en aerosol y algunos accesorios que les sirven para la elaboración de las imágenes”, señala la Fiscalía.
“Terminamos de hacer un Gato Félix en una pared cuando vimos a los policías persiguiéndonos, salimos huyéndoles porque algunas veces nos golpean y nos quitan las cosas”.
Manifestó el testigo de la Fiscalía, David Santiago Charid, quien iba corriendo al momento de los hechos.
La versión de la Policía fue que el patrullero Alarcón había actuado en defensa propia, sin embargo la Fiscalía constató que la víctima no portaba ningún tipo de arma blanca o de fuego como lo quisieron hacer ver los uniformados al colocar un arma tipo Sterling de color cromado y de calibre 22 largo, en un montaje para encubrir el crimen.
“Diego Felipe Becerra murió como resultado de un impacto de arma de fuego a menos de un metro y medio de distancia, lo que hizo prever que estaba indefenso y no tuvo manera de esquivar el disparo, manifestó el juez al dictar la sentencia”.
Confirmó el ente acusador.
