El opositor socialdemócrata Laurentino Cortizo fue proclamado presidente electo de Panamá para el periodo 2019-2024 por la Junta Nacional de Escrutinio (JNE), y prometió que desde del 1 de julio próximo, cuando asuma el cargo, librará una lucha frontal contra la corrupción.
Cortizo, empresario ganadero con experiencia en comercio internacional, dijo tras ser proclamado que trabajará “sin descanso” durante los próximos cinco años, “con responsabilidad, con el ánimo de servir y ser útil a los panameños, especialmente a los más necesitados”.
Destacó que “este es el reto más grande de mi vida, estoy listo, preparado, vienen mejores días para Panamá, yo les entrego mi compromiso, gobernar es un asunto serio”.
El político, que consideró como un gesto “muy elegante” que el actual mandatario. Juan Carlos Varela. asistiera a su proclamación, señaló que trabajará “duro” para instalar el “buen Gobierno”, para desarrollar una economía competitiva que genere empleos, para transformar el sistema educativo y consolidar un Estado de derecho “con Ley y orden” y “a combatir la pobreza y la desigualdad”.
El presidente electo no titubeo al manifestar con vehemencia que “los recursos públicos son sagrados y son del pueblo, y los vamos a administrar con estricta transparencia”, para resaltar que no va a tolerar la corrupción.
“Que la corrupción, esté donde esté, tenga el nombre y la cara que sea, sepan que tenemos un compromiso y un código de conducta, defender los intereses de Panamá, y en consecuencia dar la lucha de frente contra la corrupción”, remarcó.
Agregó en ese sentido que “vamos a tener un equipo muy alineado, alineado en mayúscula, en negrita, y subrayado, sirviendo los intereses nacionales que rendirá cuentas”.
En ese mismo contexto también dijo que la justicia tiene que ser confiable y sin espacio para la impunidad, y que los fiscales y los magistrados “se deben a la patria y su conciencia”, y “no a presiones políticas ni a sectores económicos”.
Cortizo prometió que trabajará en rediseñar las instituciones de cara a las nuevas realidades sociales, políticas y económicas, y para este proceso de transformaciones será necesario “un nuevo orden constitucional”.
Destacó que esta reforma del Estado es necesaria y que debe implicar la “adecuación de las instituciones desgastadas e ineficientes a su misión de servicio público”.Efe





