Ana Torroja cumple 60 años abrazada a un renacimiento musical

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Foto: Twitter @Ana_Torroja

Ana Torroja cumple este sábado 60 años de edad en los que ha logrado trascender su estatus de icono de los años 80 como vocalista de Mecano, dejar atrás momentos aciagos y consolidar una carrera en solitario a la que, lejos de dar portazo en pos de una justa jubilación, ha impreso una nueva dirección.

Será en 2020 probablemente cuando la madrileña lance su sexto disco de estudio, aún sin título. Será el primero en una década desde que publicara “Sonrisa” en 2010 y, por lo avanzado hasta ahora, parece claro que vuelve renovada en bríos y sonidos.

Trazando su propio camino, la de la intérprete de “Barco a Venus” se convirtió en una de las voces más reconocibles de la época, una garganta dulce que siguió llenándose de matices con los siguientes trabajos del trío, por ejemplo “Ya viene el Sol” (1984) o, en su segunda encarnación más pop y menos electrónica, “Entre el cielo y el suelo” (1986).

Con aquel disco que incluía temas de temática más adulta como “Hijo de la luna”, “Cruz de navajas” y “Me cuesta tanto olvidarte”, Mecano se convirtieron en estrellas internacionales y en los primeros españoles que vendían más de un millón en todo el mundo, sobre todo Latinoamérica.

Este estatus aumentó con las siguientes entregas, como “Descanso dominical” (1988), mientras el grupo, especialmente Torroja, se convirtieron en símbolos de la tolerancia sexual con “hits” como “Mujer contra mujer”.

En la España de los JJ.OO. de Barcelona y la Expo de Sevilla, su último gran “tour” tuvo lugar en 1992 como promoción de “Aidalai” (1991). El vertiginoso ritmo de la gira le provocó una laringitis y, a su término, anunciaron un largo retiro temporal.

“Había dejado de cantar obligatoriamente porque perdí la voz y me fui a vivir a Nueva York, desconectando de la música. Cuando volví a meterme en un estudio, estaba tímida, asustada y nerviosa, con la responsabilidad de sacar un disco sola tras el exitazo de Mecano. Me daba miedo fallarle a la gente, sus expectativas, pero no lo hice”, recordaría orgullosa.

Fue tras un proceso de búsqueda del que resultó “Puntos cardinales” (1997), en el que predominaban los medios tiempos oníricos e incluía canciones como “A contratiempo” o “Como sueñan las sirenas”.

La noticia, una sorpresa para la propia artista, le permitió por otra parte enfocar sus energías en el despegue definitivo de su carrera individual, de la que surgieron dos álbumes en francés, cuatro discos de estudio en español y dos discos en directo fruto de giras antológicas como la que la unió a Miguel Bosé (“Girados”).

Entre medias, sufrió dos duros golpes. En octubre de 2008 sufrió un grave accidente de tráfico en el que resultó herida junto a la actriz y presentadora Esther Arroyo y en el que falleció un amigo.

“Si te dan la oportunidad de volver a nacer, si sobrevives, son muy importantes este tipo de vivencias que te acercan a la esencia, a lo más puro y primitivo, que te convierten en un niño y te ponen a vivir el presente”, rememoraba después.

Asimismo, en 2014 y después de una larga batalla en los juzgados, llegó a un acuerdo con la Hacienda española por el que fue condenada al pago de 1,5 millones de euros por fraude, lo que empañó su imagen pública.

Para más inri, “Sonrisa” (2010), su último trabajo con temas inéditos, no había funcionado bien comercialmente y en prensa, tras los rumores de reunión de Mecano que nunca llegaron a nada, llegó a decirse que Torroja, quien residía desde hacía años en América, había barajado su retirada.

“Hoy soy una persona con ganas de luchar y de disfrutar”, afirmaba sin embargo en 2015 a cuentas del álbum en vivo “Conexión”, con el que protagonizó una de las grandes giras de su carrera glosando toda su trayectoria, incluidos los temas de Mecano.

Al respecto, ella reivindicaba su legitimidad para seguir haciéndolo: “No he dejado de interpretarlas nunca y creo que si alguien tiene derecho de cantarlas, soy yo”, insistía, tras haber ampliado su repertorio con otros “hits” como “Corazones” o “Duele el amor”.

En el último año, gracias a su papel de jurado en “Operación Triunfo 2018”, recuperó parte de su vigencia mediática entre los españoles y dio la cara ante debates nacionales efímeros como el de la “mariconez” de la canción “Quédate en Madrid”, que se interpretó en el concurso, mientras trabajaba en paralelo en Barcelona en la grabación de sus primeros temas en una década.

“Necesitaba encontrar algo que me motivara para seguir”, comentaba a Efe el pasado febrero cuando presentó el primer sencillo, “Llama”, preñado de arreglos electrónicos y producido por dos de los nombres más en boga de la actualidad: El Guincho (Rosalía) y Alizzz (C. Tangana). Para Torroja, que hace justo una semana lanzó su última apuesta, “Me cansé de mentir”, era una cuestión de “renovarse o morir”. EFE