André Rieu puso de pie a Bogotá en su primer concierto con ritmos del mundo

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Foto: EFE

El violinista y director de orquesta holandés André Rieu puso de pie a los asistentes al primero de sus cuatro conciertos en Bogotá con un repertorio que incluyó desde obras clásicas hasta tango y rock and roll en una velada que se prolongó por cerca de tres horas.

Rieu sorprendió desde el comienzo al encabezar la entrada de su orquesta desde la parte trasera del Movistar Arena hasta el escenario, para lo cual los artistas tuvieron que pasar por entre un público entregado que se levantó de sus asientos para recibirlos con aplausos.

“Buenas noches señoras y señores”, afirmó el maestro holandés y agregó riendo: “Buenas noches es lo único que sé decir en español”, mientras los integrantes de la Orquesta Johann Strauss, vestidos de gala, se acomodaban en el escenario.

Antes de comenzar, el director invitó al escenario a The Platin Tenors, un trío conformado por el tanzano Gary Bennett, el húngaro Béla Mavrák y el francés Eric Reddet, quienes cantaron “Nel Blu di pinto di blu”, al unísono con el público.

Luego interpretaron Nessum Dorma, clásico de Giacomo Puccini, con la cual los tenores exhibieron la potencia de su voz y el público los recompensó con una ovación de pie.

En la primera parte del concierto el Movistar Arena vibró con piezas como “Concierto de Aranjuez”, de Joaquín Rodrigo, y “Hallelujah”, de Leonard Cohen. 

Tras un receso de 20 minutos, la Johann Strauss regresó a la tarima y exploró por primera vez en la noche los ritmos latinos con “Olé guapa”, tango compuesto por el holandés Arie Maasland en la primera mitad del siglo XX, con el emblemático “Caminito” como fondo. 

Luego la velada vivió uno de los momentos más emotivos cuando subió al escenario la soprano brasileña Carmen Monarcha, un artista a la que Rieu valoró por su belleza, voz y dramatismo, que reflejó en la tarima cuando interpretó una parte de “Madama Butterfly”, de Puccini. 

Otro momento emocionante se vivió cuando Rieu aseguró que interpretarían una canción que en todos sus conciertos hace que la gente se levante a bailar. 

Y cuando las primeras notas de “El Danubio azul” sonaron, los aplausos retumbaron en el coliseo y la gente efectivamente se puso de pie para danzar el icónico vals, e incluso hubo quienes sacaron la bandera colombiana y un cartel que decía “André, Colombia te ama”. 

Las composiciones de Beethoven también tuvieron espacio en el concierto cuando la orquesta interpretó “El himno de la alegría”, con el cual terminó de cautivar a un público hipnotizado que, como en el resto de la velada, aplaudió con emoción a la Johann Strauss. 

En el ocaso de la presentación y con un público que ya disfrutaba de la música de pie, la orquesta interpretó una versión propia de “Tutti Frutti”, el legendario éxito de los años cincuenta de Little Richard que puso a todos los asistentes a bailar de nuevo. 

Sin embargo, Rieu guardó la mejor sorpresa para el final cuando su orquesta interpretó el himno nacional colombiano, cantado por todo el auditorio, mientras en la pantalla de fondo aparecían fotografías del ciclista Egan Bernal, campeón del Tour de Francia. 

Para despedirse, la Orquesta Johann Strauss interpretó “Cielito Lindo”, una canción con la que revalidó la conexión que creó con el público bogotano en la primera de sus cuatro noches en la capital colombiana. EFE