Aumento de pediatras oncólogos subiría al 90% la tasa de supervivencia

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Un aumento de los profesionales en oncología pediátrica en México permitiría la detección temprana de la enfermedad y elevaría la tasa de sobrevida de los pacientes de cáncer infantil hasta el 90 %, aseguró a Efe el director del Instituto Nacional de Cancerología, Abelardo Meneses.

En la actualidad, la sobrevida de los niños a la enfermedad es del 45 %, algo lógico siendo México un país con únicamente 160 oncólogos pediatras certificados.

El doctor explica la lógica detrás de las estadísticas: “El 5 % de los cánceres se presenta en niños. Por eso es que la mayoría de los que hacen oncología se especializan en los adultos”.

En el país, el 60 % de los diagnósticos de cáncer infantil llega cuando la enfermedad ya está en fases avanzadas, es decir, 6 de cada 10 pacientes.

Esto tiene su origen en que la enfermedad en los infantes no es instruida a los médicos egresados de las facultades de medicina. “Únicamente el 10 % de las universidades incluyen la materia”, afirmó.

Este desconocimiento de la enfermedad por parte del pediatra se traduce en que este no piense en cáncer cuando atiende al niño.

El pediatra, al no disponer de conocimientos en oncología, relaciona síntomas con otro tipo de molestia o enfermedad, descartando el cáncer de su diagnóstico.

Los síntomas para identificar el cáncer infantil remiten a los de enfermedades más comunes como resfriados o fiebres.

“Palidez, cansancio, moretones que aparecen sin antecedente de trauma, hemorragias en las encías, en la nariz, fiebres y malestar general” son algunos de los síntomas que pueden inducir a la confusión.

Ante esto, Meneses indica que “lo importante es que podamos trabajar mucho en el diagnostico” pues “sí hay síntomas que nos pueden alertar a pensar en la enfermedad”.

A esto se le suma que el 15 % de los pacientes abandona el tratamiento, cifra que el doctor calificó como “alta” y algo en lo que se debe trabajar.

“El abandono se da cuando la familia percibe que el tratamiento no está haciendo bien a su hijo o cuando les cuesta mucho trabajo el desplazamiento a los lugares donde son atendidos”, apuntó.

En el país existen una serie de “áreas semiurbanas” en las que la cobertura médica es limitada, hecho que obliga a las familias al desplazamiento, ya sea para obtener un diagnóstico o un tratamiento.

Meneses propuso “identificar en qué partes de la república hacen falta oncólogos pediatras” e incentivar “al que esté estudiando oncología pediátrica” para que pueda ir a dichas localidades.

Pese a esto, el oncólogo aclaró que “en México la cobertura para cáncer infantil es completa”.

“El seguro popular cubre todos los tumores de la infancia de tal manera que todos los pacientes menores de 18 años de edad”, explicó.

Por tanto, el problema no es de cobertura, sino que responde a la falta de efectivos y conciencia de la enfermedad.

El seguro popular es un servicio de salud para la población que no tiene cobertura del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y del Instituto se Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE).

“Aquí más bien es que se piense en la enfermedad y que hagan que se pueda diagnosticar tempranamente”, asevera.

Con respecto de los tratamientos en niños, presentan algunas diferencias en cuanto a los adultos.

“Los medicamentos se administran en base a las medidas que tiene el cuerpo del niño, que son diferentes a las del adulto”, explicó.

En las reacciones a estos medicamentos, el balance que tiene que haber entre los electrolitos, de un niño y un adulto es distinto.

Además de alentar al médico a pensar en la enfermedad, el “involucrar a las familias y profesores de la escuela” en la detección de la enfermedad es esencial para disminuir el impacto de esta, reseña Efe .

Actualmente, los cánceres que más afectan a la población infantil en México son el de leucemia (50 %); los relativos a linfomas (10 %) y los tumores en el sistema nervioso central (9 %).