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Los operadores de telecomunicaciones de Bangladesh afirmaron este martes que han bloqueado los servicios móviles a lo largo de la frontera con la India, que en las últimas semanas ha vivido una ola de protestas, “por motivos de seguridad” y a petición de las autoridades bangladesíes.
“Los operadores de telecomunicaciones de Bangladesh continúan cumpliendo las normas del Gobierno, y en consecuencia, se ha implementado una directiva relacionada con la cobertura de red en la frontera”, dijo el secretario general de la Asociación de Operadores de Telecomunicaciones Móviles de Bangladesh (AMTOB, en inglés), S.M. Farhad, en un comunicado.
“Esta decisión tendrá un impacto, ya que buena parte de los ciudadanos que viven cerca de la frontera se quedarán sin internet, llamadas y otros servicios móviles”, añadió Farhad.
En una orden firmada el pasado domingo a la que Efe tuvo acceso, la Comisión Reguladora de Telecomunicaciones de Bangladesh (BTRC) ordenó el bloqueo de las telecomunicaciones “por la seguridad del país” y “hasta nuevo aviso”.
Una fuente del sector, que pidió el anonimato, afirmó que la medida fue tomada ante el temor de las autoridades bangladesíes de que musulmanes procedentes de la India traten de cruzar la frontera.
La India ha vivido varias semanas de manifestaciones que todavía prosiguen, en las que han muerto al menos 25 personas, tras la aprobación por el Parlamento de una polémica enmienda a la Ley de Ciudadanía.
El texto prevé dar la ciudadanía a inmigrantes irregulares de Afganistán, Pakistán y Bangladesh que residan en la India desde hace al menos cinco años y que pertenezcan a las religiones hindú, sij, budista, jain, parsi y cristiana.
La enmienda, junto a la intención del Gobierno indio de llevar a cabo un censo que identifique a los inmigrantes ilegales del país, ha despertado el temor entre la población musulmana de la India de convertirse en ciudadanos de segunda clase.
La enmienda a la Ley de Ciudadanía también ha desatado fuertes protestas en los estados del noreste de la India como Assam, fronterizo con Bangladesh, donde reina un sentimiento antiinmigrante sin importar la religión. Efe
