Cacería de peluches frente al aburrimiento infantil en Países Bajos

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Foto: Archivo Referencial

Padres y abuelos ilusionados por entretener a los más pequeños y niños corriendo por su barrio para “cazar” ositos de peluche que los más mayores han colocado en las ventanas de sus viviendas: una iniciativa social que ha movilizado a los Países Bajos frente al cierre de escuelas por el coronavirus.

Los hay de todos los colores y tamaños, algunos con un corazón o un lazo, otros llevan puesto un disfraz, pero todos están sentados en la misma postura, observando. Algunos son niños que salen a corretear por el barrio, otros son familias enteras que rompen el confinamiento un rato, legalmente, para entretener a sus hijos.

El Gobierno holandés aplica una estrategia peculiar en esta crisis, que llama “confinamiento inteligente”, y que, sin decretar el aislamiento total de la población, permite salir a la calle, sin abusar y con responsabilidad, a quienes quieran estirar las piernas en algún momento del día, dejando las puertas abiertas a los niños para que no se angustien en casa.

Pero a este juego también se aplican las normas oficiales: “Vaya a cazar ositos con su familia y manténgase a 1,5 metros de los demás. Esta iniciativa tiene la intención de que pasear en su propio vecindario sea más divertido. Las reglas son simples. Coloque un osito en su propia ventana y salga a buscar otros mientras camina”.

Estas condiciones se explican en la página “Berenjacht in NL” (caza de osos en Países Bajos, en neerlandés), que ha creado la usuaria Petra van der Stelt, después de ver que los niños se han quedado sin “su patio de recreo” en el colegio hasta mayo como mínimo, y con los padres teniendo que ingeniárselas para matar el aburrimiento, y “eso no era bueno”, explica a Efe.

“Entonces surgió la idea de hacer que los niños salgan a caminar por el vecindario con sus padres en una cacería de ositos de peluche. Tenemos muchas reacciones de padres encantados con la idea. Las personas mayores que no pueden salir ahora también se entretienen con las caras de felicidad de los niños”, asegura Van der Stelt, de 58 años.

Pasearse por las calles de La Haya, Róterdam, Leiden o Ámsterdam es empezar a contar ositos de peluche. Lo ha podido comprobar Efe en las calles, pero también en un mapa virtual que, según subraya la impulsora de la idea, demuestra que más del 80% del país se ha sumado a esta iniciativa en la que ella trabaja ya a tiempo completo, atendiendo dudas de padres que quieren registrar su casa en el mapa.

Según relatan algunos padres en la web oficial de la iniciativa, este juego es también divertido para las personas que, encerradas en casa, colocan esos ositos de peluche en sus ventanas. Muchos abuelos dan pistas a los niños desde el otro lado de la ventana sobre dónde encontrar más osos, y acaban interactuando con ellos, haciendo más llevadera su soledad en tiempos de coronavirus.

En la web también se ofrecen diplomas al niño que más ositos haya cazado, y se muestran dibujos para imprimir y colgar en la ventana en caso de no tener un peluche, otros dibujos para colorear, “posters” para colgar en la habitación… EFE