Foto: Cortesía
A través de las redes sociales, diferentes grupos feministas y mujeres que acostumbran el uso regular del servicio de transporte público en Bogotá, promovían una campaña que tendría como fin el rechazo a los casos de violencia, más precisamente de acoso sexual, en el interior del medio de transporte capitalino, presentando denuncias por usuarios de Transmilenio, colectivos y taxis.
Con el #NosotrasHablamos se invitó a decenas de mujeres y hombres a que fueran partícipes de esta iniciativa, precisamente, una de las miembros promotoras de la campaña, Daniela Lozano Cuéllar, expresó que la intención de este tipo de actividades buscan que los capitalinos en un principio, y de a poco todos los colombianos, puedan unificarse dentro de la defensa por la equidad de género.
La planeación de esta iniciativa no se debe a una elección ocasional, sino que se quiere impactar a la comunidad en el inicio del mes de marzo, identificado por muchos como el período de 30 días en los que se resalta el papel de la mujer y la defensa por la igualdad de género. En este caso, buscando que los casos de abuso sexual dentro del servicio público pudieran erradicarse.
Ahora bien, el foco de esta actividad fue la estación de Transmilenio de Ricaurte, al centrooccidente de la ciudad de Bogotá, donde decenas de mujeres se pusieron en la tarea de pegar en las ventanas de la troncal, de los buses, de las taquillas, y de todas las superficies que pudieron encontrar pequeños papelitos con mensajes como: “No más feminicidios”, “No queremos ser violadas”, “Quiero que me respeten como mujer”, “Ser libre”, “Yo quiero que no critiquen mi cuerpo, merezco respeto”, “Yo quiero que me dejen de ver como un objeto sexual”.
