Los BRICS son los dueños del nuevo dorado

Columnista andres villota

Por: Andrés Villota

La Ley rusa sobre “Activos Financieros Digitales”, que entró en vigor en enero de 2021, le permite a las empresas tokenizar diferentes activos. SBER Bank, el banco comercial más grande de Rusia, ha utilizado una plataforma blockchain para emitir activos digitales respaldados en oro físico. El valor del metal precioso, tokenizado, dependerá de los precios del oro físico, paso previo al retorno del Patrón Oro y a la digitalización de las monedas nacionales respaldadas en oro.

Blockchain, aclaro, es un sistema que se utiliza en diferentes ámbitos que no se limita a las cryptomonedas. Los que han participado en el Mercado Bursátil saben el concepto de las “anotaciones en cuenta”, que es un gran libro de contabilidad público en el que todos saben, en tiempo real, qué es de cada uno.

Cómo es público, nadie lo puede alterar, ni meterle la mano porque todos se darían cuenta que fue adulterada, cualquier anotación que se hubiera hecho previamente. Los fraudes electorales a gran escala serían imposibles, por ejemplo, si los sistemas de votación adoptaran a blockchain.

La desaparición del dinero en efectivo es necesaria. No solo por tratarse del medio de pago de los mafiosos que controlan las economías ilegales que, en algún momento, trataron de reemplazar con las cryptomonedas, sino porque el dinero en efectivo es fácilmente falsificado o se lo pueden comer las ratas, como ocurrió en la India en octubre del 2022, según Reuters.

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Los países más ricos, ya están digitalizando sus monedas nacionales. Central Bank Digital Currency (CBDC), son las Monedas Nacionales Digitales que, ante la inflación y la enorme crisis de confianza de la sociedad en su moneda, los Bancos Centrales, en caso de seguir existiendo a pesar de haber causado la pobreza universal, van a tener la obligación de respaldar con oro la emisión de la moneda para restituir la confianza pérdida por culpa de su irresponsabilidad para poder satisfacer la voracidad insaciable de los burócratas, de los académicos, de los periodistas tradicionales y de la clase política decadente.

Casos de éxito para combatir y acabar con la inflación como el de Zimbabwe que, durante décadas, cargó con el lastre de la hiperinflación por culpa de la emisión desbordada de dinero, ha podido salir de la miseria inflacionaria con  la emisión de monedas de oro desde el pasado mes de julio del 2022.

Jim O’Neil de Goldman Sachs, en un ejercicio de prospección hecho en el año 2001, calificó a las economías de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica como las economías emergentes más importantes del mundo. Con el tiempo, esos países, crearon un mercado común, diferente a una costosa oenegé inútil.

O’Neil, jamás se imaginó que veinte años después de realizar su ejercicio, iba a llegar un títere de Barack Obama a la Casa Blanca, de manera fraudulenta, y que su falta de gobernabilidad y su toma de decisiones disparatadas, iban a llevar al colapso a la economía de los Estados Unidos y el mundo iba a dejar de ser unipolar para darle paso a un esquema multipolar.

Mucho menos, pudo vislumbrar que ese grupo de países que mencionó, iban a conformar un fuerte bloque comercial, gracias, entre otras cosas, a decisiones absurdas como prohibirle a Rusia utilizar los dólares americanos y los euros. Joe Biden y Ursula von der Leyen, firmaron la sentencia de muerte del dólar americano y del euro.  

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El mercado natural de los BRICS y de los países que se están adhiriendo cómo Arabia Saudita, Argentina, Egipto, Irán y Turquía, representa a más del 40% del total de la población mundial que, ante las prohibiciones y las sanciones contra Rusia, empezó a utilizar las monedas nacionales para realizar sus transacciones comerciales, para darle paridad a los términos de intercambio, están adoptando el patrón oro.

Susan Strange de la Escuela Británica, decía que las relaciones diplomáticas deben ser usadas, solo, para facilitar la interacción entre los diferentes entes productivos privados, dejando por fuera la labor intervencionista del Estado y la presencia de oenegés inútiles, costosas y corruptas.

El libre mercado, las monedas nacionales respaldadas en oro y la no intervención de los diferentes Estados en la actividad económica y comercial, han sido los encargados de configurar el nuevo Orden Mundial, sin la necesidad del gobierno supranacional ejercido por la ONU o sin la presencia de las directrices y la intervención del Banco Mundial, del Fondo Monetario Internacional, de la Reserva Federal de los Estados Unidos o del Banco Central Europeo.

La libertad es el nuevo Dorado. Los BRICS ya lo encontraron.