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En Colombia, el whisky es una de las bebidas alcohólicas más populares y de mayor crecimiento (creció un 53% este año). Este aumento en la compra de whisky se explica en algunos casos por la necesidad de una bebida que acompañe las celebraciones pero que además ofrezca un gusto más sofisticado y elegante.
Sin embargo, en Colombia la mayoría del whisky que se consume (el 98,6%) es “blended” (o mezclado, en español), y tan solo el 1,3% de los whiskies son “single malt” o whisky puro de malta.
Muchas personas no saben la diferencia entre ambos tipos de whisky, a pesar de que, en general, son experiencias muy distintas. Un “single malt” es destilado por un único productor en un único lugar y se hace únicamente con cebada malteada. En cambio, los mezclados se elaboran combinando destilados de varios productores y contienen una mezcla de malta y granos como trigo o maíz. Esto hace que los segundos sean más eficientes en cuestión de costos, y por lo tanto, suelen ser más económicos.
Por ley, si una botella de “single malt” tiene una etiqueta de 10 o 12 años de añejamiento, no puede contener un producto más joven. Es posible que se mezclen con productos más viejos, lo cual puede mejorar la calidad. Pero nunca se combina con whisky más joven. También, los whiskies de malta puro tienen un sabor y aroma únicos que los hace muy distintos de los productos mezclados.
Para las próximas celebraciones en las que quiera probar una bebida sofisticada y mucho más pura, es recomendable elegir un whisky “single malt”. Si aún no está seguro de cuál marca de whisky de malta pura comprar en Colombia, una excelente opción sería The Glenmorangie.
¿Qué hace especiales a los whiskies “single malt”?
Una de las mejores marcas de whiskies “single malt” que encontramos en Colombia es The Glenmorangie, que se destila en Escocia, desde 1843. 16 hombres artesanos empezaron con la producción de este whisky hace 177 años y hoy en día aún hay personas de esa ascendencia que están a cargo de su preparación.
Glenmorangie significa, en gaélico-escocés, “valle de la tranquilidad”, haciendo referencia al paisaje de las Tierras Altas (o Highlands) del norte de Escocia, donde se produce este whisky. Una de las características que aseguran la calidad de Glenmorangie es que se prepara con agua de manantial filtrada procedente del lago Tarlogie en Escocia, que es especialmente densa.
Pero las virtudes de este whisky no están solo en el paisaje natural en el que se inscribe, sino que la compañía ha logrado un balance óptimo entre la naturaleza y la ciencia. Uno de los hitos técnicos de Glenmorangie es que usa los alambiques de cobre más altos de Escocia: son del tamaño de una jirafa adulta.
¿Qué función tienen los alambiques? Los alambiques son los aparatos con los que se destila el whisky, es decir, en ellos el alcohol se separa del agua, se evapora y sube por los cuellos del dispositivo. Los alambiques de Glenmorangie están diseñados especialmente para que solo pasen por los cuellos los alcoholes óptimos en la preparación del whisky. Así, aquellos alcoholes que se consideran “pesados” quedan por fuera.
En cuanto a las barricas, o los barriles de madera, Glenmorangie asegura que fueron la primera destilería en adoptar barricas hechas de madera secada al aire durante períodos precisos, una fórmula que comenzó en 1991 y que se sigue usando hoy.
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Glenmorangie también es reconocido por su maestro destilador, Bill Lumsden, quien ha sido galardonado por cinco años consecutivos como el mejor maestro destilador en distintas competencias a nivel mundial. Lumsden hace parte de la marca desde 1995 y considera que los alambiques de Glenmorangie son “el lienzo perfecto sobre el que crear cuidadosamente un whisky de malta delicioso, suave, puro, limpio y un poco dulce, algo original”.
Y como si fuera poco, en 2020 esta marca de whisky ganó la medalla de oro en la International Whisky Competition como mejor “single malt” escosés de 12 años con la versión Glenmorangie La Santa de 12 años.
