Fallece la famosa adivina birmana ET, consultada por políticos y magnates

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La famosa adivina birmana ET, entre cuyos clientes figuraron el presidente birmano Than Shwe y el ex primer ministro tailandés Thaksin Shinawatra, será enterrada en el cementerio Yayway de Rangún, en Birmania (Myanmar).

Swe Swe Win, que se le quedó el apodo de ET por su parecido con el protagonista alienígena de la película de Steven Spielberg de 1982, falleció el domingo pasado en su casa de Rangún por causas naturales mientras dormía, según su familia.

La pitonisa, a la que consultaban políticos y magnates, había predicho que moriría joven de un ataque cardíaco, según reveló su hermana menor, Thi Thi, en una entrevista de 2013.

Thi Thi leía habitualmente las predicciones de la adivinadora dado que esta, además de quedarse sorda y semiparalítica a los 14 años por unas fiebres, tenía dificultades para hablar y se comunicaba preferentemente por escrito.

ET, de creencia budista, la mayoritaria en Birmania, no temía morir porque sabía que renacerá como una mujer muy guapa, según Thi Thi.

Si la fecha de la muerte de la adivina a la que se atribuye que Than Shwe trasladase la capital de Rangún a la nueva Naipyidó en 2005 ha quedado registrada, el 10 de septiembre de 2017, no sucede lo mismo con su nacimiento.

El medio birmano Irrawaddy mantiene que nació el 5 de julio de 1970 en Rangún, el Año del Perro de Metal, según el horóscopo chino, por lo que falleció con 57 años según esta cuenta.

No obstante, otros medios de información sostienen que murió con 58 años.

Según el horóscopo chino, la persona nacida bajo el signo del perro es altruista y con gran empatía y nació para brindar felicidad, apoyo y consejos.

EI adquirió de pequeña su poderes, entre ellos la capacidad de predecir el futuro y la de hablar con espíritus, pero siempre se negó a adivinar en juegos de azar o en política, reseña Efe.

Así lo avisaba al cliente en un cartel colocado en su casa de Rangún, donde cobraba cuando disfrutaba de fama entre 900 y 1.000 dólares (753 y 836 euros) por una consulta de alrededor de 15 minutos.

Ganaba mensualmente con las consultas, según el diario tailandés The Nation, unos siete millones de dólares (5,9 millones de euros).

Cuentan quienes la visitaron que solía comenzar las sesiones adivinando el lugar de procedencia del cliente o el número de serie de uno de los billetes que portaba en el monedero.