Historias de desaparecidos

Maurico Cabal @mauriciocabal

Una persona sale de su casa y no regresa, la leyenda urbana indica que se deben esperar 48 horas antes de acudir ante las autoridades a reportar el hecho. Pero lo cierto del caso es que se deben tomar acciones inmediatas, esas primeras horas de lo que a toda costa parece ser una desaparición forzada son, sin lugar a duda, fundamentales para tratar de salvar a la víctima de lo que puede convertirse en una desaparición forzada o, en el peor de los casos, en un secuestro que puede terminar con su muerte.

En Colombia hay reportadas ante la Unidad de Víctimas de Personas Desaparecidas, un total de ciento treinta mil personas, ciudadanos que son buscados por sus seres queridos.

María Cecilia Tutesar, es una buscadora, un termino que es más común de lo que se cree, en el mundo de las víctimas de desapariciones forzada, así se identificar las mujeres en su mayoría madres de jóvenes que han desaparecido, la misión de una buscadora no sólo se basa en encontrar a su ser querido, ellas han transformado su dolor en una lucha activa, paras encontrar a todos los desaparecidos. Como María Cecilia, hay cientos de mujeres en todo el país, activistas quienes se mueven en las redes sociales buscando, publicando y haciéndose sentir con un único fin, que cada historia, la historia de todos sus seres queridos sea contada.

“En Colombia hay reportadas ante la Unidad de Víctimas de Personas Desaparecidas, un total de ciento treinta mil personas, ciudadanos que son buscados por sus seres queridos”.

A María Cecilia la conocí por casualidades de la vida, justo cuando decidí emprender un apostolado, en búsqueda de poner mi carrera al servicio social, en esa búsqueda me encontré sumergido en el mundo que conforman los desaparecidos en Colombia fue allí cuando nació Ocurre Así, un canal en YouTube que busca contar las historias de las personas que no regresaron a sus casas, que no están, que desaparecieron sin dejar rastro.

María Cecilia es la madre de Daniel Alejandro Tutestar quien salió de su casa en el oriente de Cali, al occidente de Colombia y no regresó. Desde hace 8 años su vida cambió y dejo de ser madre, ella transformó lágrimas y emprendió su cruzada, la misma que han realizado cientos de mujeres colombianas. De Daniel, su hijo, poco se sabe, la última vez que ella lo vio estaba con un supuesto “amigo” a quien llevó a su casa y que ella conoció en medio de la oscuridad de la noche, Daniel nunca más volvió a su hogar, ni al de su tía donde estaba viviendo. A pesar de la intensa búsqueda su familia nunca pudo establecer el rastro de él y del supuesto amigo que no aparece, pero que es la única persona que pude dar información sobre las horas previas a la desaparición.

“Ocurre Así, es un canal en YouTube que busca contar las historias de las personas que no regresaron a sus casas, que no están, que desaparecieron sin dejar rastro”.

Mauricio Cabal

Pero la búsqueda no ha terminado, no parece que han pasado ocho años de ausencia de un ser querido, esta mujer es una líder que busca incansablemente casos de otras madres para que sus historias sean conocidas, el voluntariado la ha llevado a calmar el dolor de no ver a su hijo, de apaciguar las dudas de saber que ha pasado en todos estos años, en disipar la angustia de tener que enfrentar el momento de recibir la única llamada que no quisiera contestar, la que le indique que su hijo regresará pero para ser sepultado. Aunque esto podría calmar su angustia de seguro no calmará el dolor.

Cuando conocí esta historia de inmediato supe que no sería fácil desprenderme de esto, desde el día uno he conocido historias que me han marcado, de personas muy jóvenes que nadie sabe que les ha ocurrido, desapariciones que se han registrado pero que nadie sabe cómo han ocurrido, de casos donde pareciera que las personas se desvanecieron sin dejar rastro, en un país donde el conflicto armado y las bandas criminales necesitan carne de cañón para defender sus intereses hay un mundo de personas que no regresaron y que posiblemente fueron reclutada para servir a delincuentes inescrupulosos, que por años han conformado un estado dentro del estado. Estamos listos a seguir contando historias, a no permitir que se pierda lo único que le queda a las buscadoras, un espacio para que el mundo sepa que su ser querido no ha sido olvidado y que su madre y un ejército de mujeres más lo están esperando.