Hasta cuatro manifestaciones protagonizaron esta primera jornada del décimo fin de semana consecutivo de protestas en Hong Kong.
Una marcha de ancianos, otra de padres e hijos, una nueva sentada en el aeropuerto y una manifestación desautorizada por la Policía volvieron a mostrar el descontento de los ciudadanos con el Gobierno y la injerencia de China en los asuntos de la ciudad.
Este viernes, la líder del Gobierno local, Carrie Lam, había llamado a los ciudadanos a dejar atrás las diferencias y evitar el caos o la violencia para restaurar el orden, al considerar que la situación ha causado graves daños a la economía de este centro financiero.
No obstante, esta mañana cientos de ancianos se congregaron en el distrito financiero de Wan Chai para entregar cartas a instituciones como la Policía o la oficina de Lam en las que acusan al Gobierno de ignorar las demandas de los hongkoneses y a las fuerzas de seguridad de abusar de la fuerza.
Isaac, de 11 años, explicó a Efe por qué decidió acudir junto a su madre a la protesta: “Quiero hacer algo por Hong Kong y animar a los hongkoneses. La gente ha organizado muchas protestas pero Carrie Lam hace oídos sordos. Algunos policías son buenos, pero otros no; son violentos y hacen daño a la gente”.
Asimismo, los cientos de manifestantes que hicieron noche en la terminal de llegadas del Aeropuerto Internacional de Hong Kong vieron cómo otros se les unían hasta alcanzar el millar de personas, que entregaban folletos y octavillas para tratar de concienciar a los visitantes extranjeros sobre la crisis hongkonesa.
Una hora después de su inicio, parte de los manifestantes se dirigió a una estación de metro mientras que decenas de ellos marcharon hacia una comisaría, protegida por agentes antidisturbios. EFE





