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El incendio estalló en la zona franca del puerto, enviando una enroma columna de humo sobre una ciudad aún traumatizada por la explosión del 4 de agosto que mató a unas 190 personas e hirió a 6.000.
El jefe de la cruz Roja del Líbano, George kettaneh, dijo que no había temor de otra explosión como resultado de las llamas y dijo que no hubo heridos, aunque aclaró que algunas personas sufrían dificultad para respirar como resultado.
Imágenes de televisión mostraron a los bomberos tratando de apagar el incendio en un área rodeada por los restos destrozados de los almacenes que fueron destruidos por la explosión del mes pasado.
La explosión de agosto fue causada por un gran depósito de nitrato de amónio que se había mantenido en el puerto en malas condiciones durante años.
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