Cascos azules ¿qué papel cumple para la paz mundial este brazo de la ONU?

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Foto: EFE

Ser el brazo ejecutor en la consecución de la paz mundial es un duro viaje cuesta arriba: lejanía de la familia, compañeros o subalternos muertos y fracasos irreparables. Los cascos azules, convertidos en todo un símbolo en 75 años de Naciones Unidas, han elegido ese arduo camino que, como el mito de Sísifo, está condenado a no culminar nunca.

Desde Oriente Medio, Timor-Leste, Bosnia, pasando por Mali o Darfur las misiones de paz de Naciones Unidas y sus cascos azules se han convertido en uno de los símbolos más visibles de la organización multilateral, pese a pasar por momentos trágicos y contar con éxitos y fracasos.

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“Las misiones de mantenimiento de la paz han demostrado ser la mejor herramienta de la comunidad internacional para dar oportunidades a pueblos que no han encontrado un rumbo de conciliación y esperanza. Naciones Unidas ha plantado esa semilla y logrado crear los ambientes necesarios y la seguridad para encontrar un rumbo hacia el futuro”, reflexiona en entrevista con Efe el teniente general Carlos Humberto Loitey, asesor militar para operaciones de mantenimiento de la paz de la ONU.

Bajo la bandera de Naciones Unidas y con el mandato de garantizar la paz y la seguridad para permitir una transición democrática, han dado la vida casi 4.000 cascos azules desde la primera misión, desplegada en Oriente Próximo tras la guerra de 1948, en la que Israel ganó su independencia y obligó al exilio a centenares de miles de palestinos.

En la actualidad hay activas 13 misiones de mantenimiento de la paz, la mayoría concentradas en África y Oriente Próximo, así como en la frontera entre Pakistán e India, en Kosovo y Chipre.

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Más de 70.000 tropas y 8.000 policías trabajan sobre el terreno en estas misiones, con Etiopía, Bangladés, Ruanda, Nepal, India o Pakistán como los grandes contribuyentes de personal y la misión en la República del Congo (MONUSCO) como la que más recursos humanos consume.

Los errores de Ruanda o en la antigua Yugoslavia y las masacres de tutsis y de bosniacos musulmanes llevaron a redefinir los mandatos de los cascos azules y dar prioridad, por delante de la estabilidad institucional, la transición hacia la democracia y la neutralidad, a la protección de civiles vulnerables. EFE