Jesús negro y con sangre india llega al Carnaval de Río

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Foto: EFE

Un Brasil con justicia social, con equidad, tolerancia, respeto, pero sobre todo humanidad, fue el grito que en la madrugada de este lunes clamaron al unísono las escuelas de samba del Grupo Especial, la principal atracción del Carnaval de Río de Janeiro, el mayor espectáculo del mundo.

La historia de un Jesús bondadoso y solidario, como se le conoce, pero que nace negro, con sangre indígena y cuerpo de mujer en el Brasil actual, sintetizó la marcada crítica que hubo contra la discriminación, el racismo y la intolerancia religiosa en el primer día de desfiles del Sambódromo.

La importancia de preservar el medio ambiente, cuidar la cultura y las tradiciones de los pueblos indígenas y enaltecer a las mujeres que, con su tezón, desde siglos atrás ayudaron a forjar la historia de Brasil, completaron las historias narradas en la mayor fiesta al aire libre del planeta.

Como ha ocurrido en los últimos años, las escuelas de samba, hijas de la favela, donde se vive la pobreza, la violencia y la discriminación, usaron los 700 metros del sambódromo para transmitir la voz del pueblo. Y lo hicieron con alegría, música y color, como acostumbran disfrazar la cotidiana problemática que las envuelve para olvidar por unas horas la fuerte realidad que azota principalmente a la gente de raza negra en el país.

Brasil, un país de 210 millones de habitantes, donde la mayor parte de la población es afrodescendiente, tiene en la población afrodescendiente el mayor índice de pobres y desempleados. Asimismo, es la nación donde más se matan transexuales del mundo y donde cada año se denuncian más de 200 ataques a cultos religiosos de matriz africana.

A todo, los desfiles de esta madrugada, sin mencionar al líder ultraderechista, criticaron las políticas adoptadas por el Gobierno del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, y la polarización que impulsa en el país con sus mensajes racistas, misóginos y de odio hacia la población LGTB. EFE