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Un grupo de manifestantes, en su mayoría de comunidades negras, protestó este viernes con tambores frente a la Fiscalía General de la Nación en Bogotá por las masacres recientes en el país, pedir a las autoridades resultados en las investigaciones y ayuda para enfrentar los efectos de la pandemia de COVID-19.
“Estamos acá para exigir respuesta a cada uno de los asesinatos y para ver cómo va la investigación”, dijo a Efe Yasir Moreno, quien hace parte de una organización de afrodescendientes de Bogotá.
Colombia ha sido escenario en las últimas semanas de nueve matanzas que se han cobrado la vida de 43 personas por lo cual el Gobierno asignó equipos especializados para que investiguen los hechos ocurridos en los departamentos de Nariño, Valle del Cauca, Arauca, Antioquia, Cauca y Norte de Santander.
Según Moreno los organismos del Estado no cumplen con la labor de investigar las matanzas, pese a que el Gobierno anunció hoy la detención de dos presuntos autores del asesinato de cinco adolescentes en Cali (suroeste).
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Durante la protesta los muchachos acompañaron sus peticiones al Gobierno con música y pancartas en las que se leía: “Exigimos nuestras ayudas humanitarias inmediatas”. “No más racismo, todos somos iguales y tenemos los mismos derechos”.
RACISMO Y ABANDONO ESTATAL
Stella Cortés, una de las manifestantes, aseguró que entre las razones de la violencia están el racismo y el abandono del Estado a las comunidades más afectadas y vulnerables del país.
“Estamos aquí por muchas razones: en primer lugar por el racismo y por el asesinato de nuestros jóvenes”, dijo en tono vehemente la mujer, quien además reclamó que no tiene trabajo ni una vivienda digna en Soacha.
“Somos desplazados. No ha llegado ni ayuda del Gobierno, ni mercados, ni indemnizaciones, ni ayudas humanitarias y somos desplazados”, aseguró la mujer.
Cortés aseguró que desde que comenzó la pandemia del coronavirus la Alcaldía de Soacha solamente le ha ayudado con víveres una vez, lo que consideró insuficiente porque nadie vive “con un litro de aceite cinco o seis meses”. Efe





