España sufre estos días una ola de calor intenso, con temperaturas récord en el mes de junio, superiores a los 40 grados en gran parte del país, que han dejado dos muertos y varios incendios forestales, con 6.000 hectáreas quemadas en el noreste y 4.000 en el centro.
Buena parte de Europa occidental está afectada desde el miércoles por una burbuja de aire muy caliente y polvo en suspensión procedente de África, que ha causado también víctimas en Francia e Italia.
Las previsiones indican que Zaragoza, capital regional de Aragón, y la ciudad catalana de Lérida alcanzarán este sábado los 44 grados, mientras que Logroño (La Rioja) llegará a los 43.
Las noches son tórridas en un gran número de localidades, donde el termómetro no baja de los 30 grados, lo que dificulta bastante el descanso.
Después de alcanzar valores de récord este mes de junio en España, el primero del verano, las temperaturas comenzarán a bajar el domingo, pero levemente. A partir del lunes, el aire fresco y húmedo de una borrasca provocará un descenso térmico significativo.
Hoy, un hombre de 58 años fue ingresado en un hospital de Córdoba (sur español) con los síntomas de un golpe de calor, informaron fuentes sanitarias, aunque está fuera de peligro.
El viernes falleció un varón de 17 años también en Córdoba y un hombre de 93 años en Valladolid (centro), mientras que un agricultor de 45 tuvo que ser hospitalizado en estado grave en Murcia (sureste) a causa de las altísimas temperaturas.
El fuerte calor, el viento y la sequedad del ambiente y del terreno -las lluvias han sido muy escasas los últimos meses- han favorecido la propagación de decenas de incendios, aunque solo cuatro, los más importantes, siguen activos.
En estas condiciones tan adversas, centenares de bomberos, trabajadores de emergencias y militares del Ejército de Tierra se afanan día y noche en controlar y apagar el fuego apoyados por decenas de vehículos, maquinas pesadas, helicópteros y aviones. EFE





