Destacados líderes mundiales participaron hoy en el funeral de estado en honor al presidente tunecino, Beji Caid Essebsi, uno de los padres de la transición democrática en el país, muerto el pasado jueves a los 92 años en un hospital militar.
El rey de España lideró una de las delegaciones de mayor rango de las que presenciaron la ceremonia en el palacio de Cartago, junto el presidente de la República francesa, Enmanuel Macron y líderes árabes como el emir de Qatar, jeque Hamad al Zani o el presidente portugués, Marcelo Rebelo de Sousa.
También se han desplazado a la nación norteafricana el presidente de Palestina, Mahmud Abas, su colega argelino, Abdelkader Ben Salah, el jefe del gobierno sostenido por la ONU en Trípoli, Fayez al Serraj, el ex presidente alemán, Joachim Gauck, y el secretario general de la Liga Árabe, Ahmed Abu Al Ghait.
”En nombre del pueblo español, de su gobierno y de La Corona quiero expresar mi más sinceras condolencias a la familia del presidente y a todo el pueblo tunecino. Compartimos estos tristes momentos por un hombre que ha dado su vida por su país y su compromiso con su país y la democracia”, afirmó el monarca español en un improvisado discurso.
“España permanece más que nunca al lado de Túnez en este momento de dolor. Debemos continuar juntos con este país amigo por hacer de este espacio común del Mediterráneo un espacio de paz, diálogo y estabilidad”, agregó.
La ceremonia se inició a las 10.00 de la mañana hora local (9.00 GMT), bajo un intenso calor, con la llegada del féretro en un carro al patio principal del palacio, desde donde fue introducido en el interior por seis oficiales de alto rango de las Fuerzas Armadas argelinas.
Allí fue recibido por el presidente interino del país, Mohamad Enneceur, por el primer ministro, Yusef Chahed, autoridades militares y una nutrida representación de líderes mundiales.
Una vez leído el responso y las aleyas correspondientes de El Corán, el féretro, envuelto en la bandera nacional tunecina, fue portado de nuevo a un carro militar para ser trasladado al cementerio de Jellaz, a unos 25 kilómetros al sur, para ser enterrado en el panteón familiar. EFE





