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De los 4.907 dispositivos de vigilancia electrónica que tiene el Inpec para vigilar detenidos fuera de las cárceles, 4.153 no funcionan según funcionarios de la entidad.
En la estadística, 2.210 de los aparatos permanecen apagados en las piernas o brazos de los detenidos, más de 500 no tienen comunicación entre el centro de monitoreo y el recluso, 1.000 no solamente están apagados, sino que han sido abiertos y otros no reportan a donde se mueven quienes los portan.
Según el consorcio Interventor Tics, son innumerables las fallas, pues de acuerdo con las evidencias aportadas, aunque el recluso no se ha retirado el dispositivo, el aparato presenta alarmas de fuga falsas.
Para los funcionarios, la situación es insostenible y aunque en varios oficios han puesto en conocimiento de la unidad de servicios penitenciarios y carcelarios la situación, consideran que la entidad no quiere responder.
