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El Ministerio de Salud de España registró 1.361 nuevos casos de coronavirus este jueves, el incremento más alto registrado en un día desde el 21 de mayo.
En total, la cartera de Salud confirmó 258.855 casos de COVID-19 y 28.416 muertes, tres más que las registradas este miércoles.
Desde que el estado de emergencia terminó, a finales de junio, el número de casos en la nación ibérica ha estado creciendo constantemente, en especial en las regiones de Aragón y Cataluña.
El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, señaló que las regiones han registrado un tipo de “transmisión comunitaria” general, en la que los casos no se pueden rastrear hasta un brote específico.
Este miércoles, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, resaltó que el Gobierno catalán se estaba quedando atrás rápidamente en términos de rastreo de contactos.
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Este jueves, los funcionarios locales en Aragón anunciaron que advertirán a cualquiera que intente entrar o salir de la ciudad de Zaragoza, hogar de casi un millón de personas, del brote local de COVID-19 y los riesgos de contraer o propagar la enfermedad.
La Policía no podrá detener el movimiento de las personas y en su lugar establecerá “puntos de información”.
A principios de esta semana, un juez de la ciudad catalana de Lleida bloqueó la solicitud del Gobierno de imponer confinamiento en el área. El Gobierno se vio obligado a aprobar un decreto para legalizar la medida.
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Sin el estado de emergencia nacional, limitar el movimiento y cerrar zonas o negocios ha resultado ser legalmente complicado.
Por primera vez en España, el Gobierno de Aragón ordenó el sacrificio de más de 90.000 visones (un mamífero) en una granja después de que se descubriera que el 87% del total de visones tenía COVID-19.
“La medida ha sido adoptada tras considerar también un posible contagio cruzado entre humanos y animales o viceversa. Es una hipótesis, aunque no podemos aportar certezas”, resaltó el consejero aragonés de Agricultura y Medio Ambiente, Joaquín Olona. Anadolu
