Hay indignación y rechazo en el barrio El Reposo del municipio de Floridablanca, Santander, después de que se conociera que una pareja de padres estaban escondiendo a su hijo de 11 años para evitar ser sancionados, pues el pequeño había resultado quemado tras manipular pólvora.
De acuerdo con las autoridades, un habitante del sector realizó dos llamadas a la línea de emergencia para informar que había un niño que se encontraba quemado al interior de una casa, pero no se le prestaba la respectiva atención médica.
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Tras el primer llamado, miembros de la Policía se desplazaron hasta la vivienda pero los padres negaron que sus hijos tuvieran lesiones relacionadas con pólvora e impidieron el ingreso de los uniformados. Sin embargo, después del segundo aviso los uniformados se volvieron a acercar al lugar y con ayuda de un grupo de Protección a la Infancia y Adolescencia lograron que la madre confesara.
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Las autoridades evaluaron al pequeño y constataron que tenía una quemadura en su ojo izquierdo, la cual se originó por la manipulación de los llamados totes que realizó el niño junto a otro menor en medio de la celebración de fin de año el pasado 31 de diciembre. El pequeño fue conducido al Hospital Universitario de Santander donde recibe la respectiva atención médica.
Por su parte, a los padres se les realizó la apertura de una investigación para establecer la responsabilidad que tuvieron en las quemaduras de su hijo y así aplicar las sanciones correspondientes.





