Foto: @ParasiteMovie
La película surcoreana “Parasite” (Parásitos) quizá no hubiera podido destacarse en el circuito internacional de premios de cine si hubiera salido en un año diferente al 2019; el año de las protestas contra las estructuras sociales en diferentes países – Colombia, Chile, Bolivia, Ecuador, Irak, Irán, Hong Kong, Francia y una larga lista – el hastío con la corrupción, la pobreza, la falta de oportunidades, los malos gobernantes, la falta de empatía en el mundo, pero especialmente la brecha cada vez más amplia entre ricos y pobres que retrata el filme ha cabalgado sobre la ola en el momento indicado, similar a lo sucedido con el “Joker”.
Así lo reconoce el periodista y crítico de cine Pedro Adrián Zuluaga: “Las películas que se vuelven estos fenómenos internacionales se vuelven paradigmáticas por la forma como leen un momento histórico, como lo simplifican”; el reconocimiento no se ha hecho esperar por parte de la crítica internacional, especialmente en Estados Unidos, sumado al prestigio de años de cine coreano sustentado por destacados directores como el mismo de Parasite, Bong Joon-ho (con una trayectoria de siete películas exitosas), Park chan-wook (Old Boy, Thirst, The Handmaiden) o Kim Ki Duk (Las estaciones de la vida, El arco, Tiempo) entre otros.
Muchos intentan encajarla en un filme de género (¿suspenso, terror, drama?) que logró tocar las fibras de diversos jurados, críticos y públicos en el mundo. Como un crítico de cine español lo resalta, “en realidad son varios géneros en colisión en búsqueda de la magia”; su camino en ascenso inició muy a comienzos de la temporada de premios, a mediados de 2019, al obtener la Palma de Oro en el Festival de Cine de Cannes (Francia), uno de los galardones más prestigiosos en el cine de hoy.
Se convirtió en la primera película de habla no inglesa en ganar el premio más importante de los que entrega el Sindicato de Actores de Estados Unidos, SAG, por encima de ensambles actorales tan prestigiosos como “The Irishman”, “Once Upon a Time in… Hollywood”, o “Joker”; en los Globos de Oro, entregados por los corresponsales de la prensa extranjera de Hollywood, obtuvo la estatuilla a mejor película de habla no inglesa, además de estar nominada en otras categorías.
Para este 9 de febrero, el filme compite en seis categorías en la gala de entrega de los premios Oscar de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos; se convirtió en el primer filme de Corea del Sur en ser nominado a Mejor película y Mejor película extranjera, y en el sexto filme en obtener postulaciones en ambas categorías de los premios más reconocidos.
En esa situación han estado películas como Z (Francia, 1969), La vida es bella (Italia, 1998), “El tigre y el dragón” (Taiwán, 2000), “Amour” (Francia, 2012) y más recientemente, Roma (México, 2018). También compite en los campos de Mejor director, Mejor diseño de producción, Mejor edición y Mejor guion original.
Esta será la prueba final y posiblemente su consagración en el circuito de galardones del cine.
¿Tendrá oportunidad ante la Academia de Hollywood? ¿La reconocerán por “el espíritu del tiempo (Zeitgeist)”, por encima de sus competidoras principales como “The Irishman”, del clásico Martin Scorsese; ‘1917’ sobre la primera guerra mundial, de Sam Mendes; ‘Jojo Rabbit’, sobre la Segunda Guerra Mundial; ‘Joker’ de Todd Phillips; ‘Mujercitas’ o ‘Érase una vez… en Hollywood’, de Quentin Tarantino?
Para el crítico Zuluaga, “la Academia tiende a ser más predecible. Creo que está cantado que gane mejor película extranjera, pero no le alcanzará para hacer historia ganando a mejor película”.
Zuluaga afirma que este domingo será más interesante cómo la Academia de Hollywood va a reaccionar al entregarle premios a nuevas formas de ver cine en las plataformas digitales como Netflix, o si le darán nuevos premios a figuras como Scorsese o Tarantino.
Más allá de si gana o hace historia, o si vence a las plataformas digitales, a gigantes como Tarantino o Scorsese, para Zuluaga la clave del éxito de la película es que “efectúa como una especie de venganza poética, donde los pobres actúan sobre los ricos y eso es un atractivo muy simple para el público… Hay una necesidad de justicia poética, es si el mundo va mal al menos que las narraciones vayan bien, como lo que pasó con Joker, que tienen cierta sensación de equilibrio, de justicia”.
El crítico colombiano concluye que lo interesante del director, no solo con esta película sino con toda su obra fílmica, es la habilidad para utilizar el cine de género “sin reducirlo a una entretenimiento y lo politiza. Logra que el entretenimiento no se contradiga con el comentario. Hace una lectura política de esa sociedad. Ese aparente discurso político que incluye en los géneros empieza como a envolverlos”.
El reto para la película está superado, solo faltaría el Oscar como la cereza en el pastel de reconocimientos internacionales, pero como dijo Bong John Hoo en los Globos de Oro a comienzos de año: lo importante ya se logró, “para superar esa barrera de los subtítulos”. Anadolu