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La capital de Ecuador amaneció este domingo como si hubiese sido devastada por algún terremoto, con vías obstruidas, calles ennegrecidas por fogatas, avenidas cerradas y la huella de una dura protesta contra los ajustes económicos aplicados por el Gobierno en el marco de un acuerdo con el FMI.
Tampoco hubo transporte público, ni taxis, ni servicio de Uber, según algunos ciudadanos que han salido a la calle a caminar, así como conductores que tienen que rebasar los obstáculos con dificultad o encontrar vías alternas para llegar a sus destinos.
Tras una noche en la que se realizó un peculiar “cacerolazo” nocturno por la paz y se registraron altercados con policías en algunos barrios de Quito en desafío al “toque de queda” aplicado por el Gobierno, existe la posibilidad de que la huelga indígena que hoy cumple once días termine con el diálogo aceptado por las partes.
Según el servicio de información municipal, habían al menos cuarenta puntos de cierre de avenidas a primeras horas de la mañana en la ciudad, aunque las calles del casco histórico, que ha sido epicentro de las protestas desde el pasado 3 de octubre, hoy colgaron el cartel de “habilitadas”.
El cierre parcial de calles se ha registrado en la zona norte y sur de la ciudad, así como en algunos valles aledaños ubicados en el este de la ciudad, según las fuentes municipales.
La información sobre la situación vial en varias regiones del país que tiene relación con Quito también advierte del cierre de carreteras como la Alóag-Santo Domingo, que une a la capital con la zona costera. EFE











