Rechazo y estigmas sociales aislan a enfermos de dermatitis atópica

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Rechazo, burlas y estigmatización social provocan que los pacientes con dermatitis atópica, una alteración inflamatoria de la piel, se aislen y no reciban el tratamiento multidisciplinar adecuado, dijo hoy a Efe Gladys León-Dorantes, presidenta de la Fundación mexicana para la dermatología.

“Los pacientes muchas veces se esconden, por el rechazo porque dicen que les da pena enseñar su cuerpo, no van al médico porque les apena que los vean, se enclaustran”, dijo la médico luego de presentar un estudio acerca de la enfermedad.

La dermatitis atópica es la enfermedad inflamatoria de la piel más común en el mundo y se caracteriza por erupciones en la piel y comezón intensa crónica que pueden llegar a causar infecciones y laceraciones severas debido al rascado, además de otros daños colaterales.

La afección se presenta desde la niñez temprana y continúa a lo largo de la vida del paciente, aunque hay casos en lo que la alteración dermatológica surge en la edad adulta debido a múltiples factores genéticos, ambientales y de estilo de vida, aseguró León-Dorantes.

De acuerdo con un estudio realizado por la Fundación Mexicana para la Dermatología realizado entre 101 pacientes con dermatitis atópica, 61% de ellos presentaron depresión y ansiedad, principalmente al inicio del tratamiento o cuando presentan alguna crisis provocada por alergias o medio ambiente.

“Pueden tener etapas depresivas y también ansiedad, es la comorbilidad más frecuente además de las alergias y se presenta también en niños, por ello decimos que hace falta un manejo multidisciplinario”, refirió.

Entre los resultados de la investigación “La voz del paciente con dermatitis atópica”, destacan que el 17 % de los pacientes adultos han sido hospitalizados al menos una vez debido a factores como infecciones en la piel, lesiones en la vista y otros daños renales y hepáticos causados por el tratamiento.

En el informe, el 72 % de los pacientes adultos, incluidos en el estudio, están en una edad productiva, el 44 % tienen un índice de masa corporal normal y el resto tiene sobrepeso y la mayoría tienen una mala calidad del sueño que incide en su vida cotidiana.

León-Dorantes añadió que los pacientes con esta enfermedad suelen ser sujetos de discriminación social y laboral por su aspecto, además de que su condición incide en su productividad y sus relaciones con otras personas.

Aunque la mayoría de los pacientes adultos tienen síntomas de moderados a graves, ha sido un sector “rezagado” por los sistemas de salud públicos, lo que genera un subregistro de la enfermedad.

Anunció que la organización que preside inició un registro de pacientes con la enfermedad ya que no hay un censo exacto en México, aunque se estima que hasta 20% de los niños y 10% podrían tener esta enfermedad desde los tres meses de vida.