El Presidente de la República, Iván Duque, defendió la política de protección a los líderes sociales y anunció que su Gobierno no descansará “ni un solo día” en la lucha contra los grupos armados ilegales responsables de los crímenes, a los que seguirá atacando con bombardeos aéreos.
Al menos 133 líderes sociales y defensores de derechos humanos fueron asesinados el año pasado, según cifras de Naciones Unidas, 25 más que en 2019, lo que desencadenó una condena internacional, incluida la del Gobierno del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que pidió a Duque hacer más para proteger a los activistas.
Duque insiste en que los golpes contra los grupos armados ilegales involucrados en el narcotráfico y la minería irregular ayudarán a proteger a los activistas, por lo que anunció recientemente un aumento de las operaciones militares.
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La mayoría de los activistas asesinados no habían solicitado protección del Gobierno, dijo Duque a Reuters en una entrevista realizada el viernes por la noche.
“La gran mayoría de líderes que han sido asesinados, han sido líderes que no tenían ninguna amenaza registrada, sino que además no habían hecho ningún reporte”, aseguró el mandatario, al revelar que su Gobierno disminuyó el tiempo para atender las denuncias de los activistas que reportan amenazas y reciben protección.
“Hay que tener en cuenta que la forma en la que esos grupos pretenden intimidar muchas veces a la población es justamente asesinando a estos líderes”, dijo el mandatario, un abogado experto en economía de 44 años.
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Duque responsabilizó de los asesinatos de los líderes sociales a la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional, a las disidencias de las FARC que se apartaron de un acuerdo de paz firmado en 2016 y a bandas criminales como el Clan del Golfo, que luchan por el control territorial de zonas estratégicas para el narcotráfico y la minería ilegal.
El mandatario descartó suspender los bombardeos contra esos grupos, a los que acusó de reclutar niños, pese a una reciente denuncia de que algunos menores habrían muerto en un ataque aéreo contra un campamento de disidencias de las FARC en una zona selvática.
“Uno no puede renunciar a ningún arma legal para enfrentar al crimen, y mucho más cuando se trata de criminales de altísima peligrosidad,” sostuvo Duque, quien llegó al poder en 2018. Reuters